La bodega es el templo de los curados ibéricos, una gran estancia donde tiene lugar el proceso de maduración después de la salazón, el curado y el secado.
Las condiciones de temperatura y humedad son fundamentales para que las piezas experimenten los cambios bioquímicos que le confieren todas las propiedades que disfrutamos al consumirlo. Una bodega debe mantener una temperatura entre los 15º y los 20º y una humedad relativa en torno al 60 y el 80%.
Los jamones ibéricos de Mafresa permanecen en torno a 20 meses en nuestras 32 bodegas en el proceso de curación. Desde aquí salen cada año 900.000 jamones y paletas curados.